
Wittgenstein
inicia su conferencia a partir del concepto que Moore tiene de la ética como una
investigación general acerca de lo bueno, nuestro autor toma dicho concepto y
lo enlaza con otra rama de la filosofía que es la estética, para proponer que
la ética es investigación de lo que es bueno, de lo que es valioso, de lo que
es realmente importante; investigación del sentido de la vida, de lo que hace
que la vida valga la pena ser vivida y de la forma correcta de vivir.
Cuando
emitimos un juicio de valor –decir si algo es bueno o malo-, lo hacemos en dos sentidos
uno trivial o relativo y un ético o absoluto. El primero implica que decimos
que algo es bueno si cumple con un estándar predeterminado y está a la altura
del mismo; en cambio, un juicio de valor en sentido ético es un juicio absoluto
no un mero enunciado de hechos, atiende al valor absoluto de la bondad.
Pero,
¿cómo se determina qué valor es absoluto? En una interpretación del autor, un valor
es absoluto cuando no es discutible y es sólo identificable, no se expresa en
el lenguaje, sino que sólo se muestra, es decir, puesto en el catálogo de
valores por la colectividad es inmutable y se queda ahí para siempre. Esta idea
es cuestionable, porque nada determina que el catálogo de valores no pueda
transformarse lo que hoy es bueno puede que con el tiempo que no lo sea más.