lunes, 19 de octubre de 2015

KANT PARA DUMMIES. PARTE II

No es éste un estudio exhaustivo de la obra de Kant, es un somero vistazo a la continuación de su teoría, no hay obra más conocida de este autor que “Crítica de la Razón Pura”, sobreentendiendo que se conoce el contenido de dicho libro, no queda más precisión por hacer que la consistente en que “Crítica de la Razón Práctica” es la secuela de la primer mencionada, entiéndase “Crítica de la Razón Pura” es la descripción de la única razón en el plano especulativo, es responder a la pregunta ¿cómo debe ser?; mientras que “Crítica a la Razón Práctica” es llevar al plano fáctico su propuesta en la razón pura, es responder ¿cómo debo hacer?.


En este texto puede entenderse a la moral como un motor que impulsa la voluntad del ser humano, pero que al mismo tiempo le condiciona. Existe una estrecha relación entre “moral”, “libertad” y “razón práctica”; mientras que la moral es una intuición que lleva a concientizar sobre el propio actuar, la libertad es esa independencia de la voluntad sujeto al marco de la ley moral: “eres libre si te sometes”. En el afán de Kant por aplicar el método científico al plano de la filosofía moral, elabora estas dos obras a que hemos hecho referencia, la primera de ellas “Crítica de la razón pura” podemos concebirla como la descripción del conocimiento en abstracto, mientras que en “Crítica de la razón práctica” pone en situación ese conocimiento, primero explica qué se entiende por moral, luego cómo es que se practica la moral. ¿Qué es pues la razón práctica? Podemos entenderla como el empirismo condicionado por un catálogo impuesto por la colectividad, sujeción a la ley moral.
Entonces, esta obra que se ha venido describiendo, es relevante para el derecho en tanto que auxilia en el descubrimiento del catálogo de valores determinado por la sociedad, para su normativización y eficaz obediencia. Se trata de desentrañar cómo es que practica la moral, cuál es el catálogo de valores, cuáles son los límites impuestos por la ley moral, cuál es el margen a que se encuentra sujeta la libertad acorde a la colectividad; resuelto esto el catálogo de valores establecido se normativiza en aras de lograr su efectividad, es decir, para lograr su obediencia.

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